Cuando el cineasta alemán Win Wenders se encontró con Lisboa quedó en trance. Enamorado de la ciudad le dedicó esa hermosa película llamada “Lisboa Story” en donde consigue plasmar la identidad de la ciudad con su particular mirada. No me extraña que Portugal sea parte también de la geografía afectiva de su filmografía, el país tiene un aire de serenidad que enamora a primera vista.
Nosotros cuando tenemos la oportunidad nos escapamos a disfrutar del espíritu de sus ciudades. Esta vez fuimos de nuevo a Oporto con la idea de volver a perdernos en sus callejuelas, disfrutar de su gastronomía y de la amabilidad de su gente.
En esta visita no hice muchas fotos, llovía y el sensor de mi cámara necesita una limpieza urgente y eso me desanima bastante a la hora de apretar el botón.
Siempre había visto un Oporto soleado, pero estos días nos tocaron húmedos y fríos. La lluvia derramada sobre la ciudad la convierte en un fado inolvidable.
Aquí un poquito de mi Oporto nublado:
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